El crecido caserío se extiende al pie de una meseta, poco elevada pero de laderas muy escarpadas, que estuvo circundada por un recinto murado levantado al borde del acantilado. Madóz lo clasificó "plaza de armas, de planta rectangular (?), de 140 por 90 varas, con la iglesia parroquial en un extremo y el palacioducal a otro". A parte de algún pequeño lienzo, subsiste una torre de este recinto, situada cerca del palacio que todavía conserva algunas ménsulas, y por encima de ella aspilleras del XIX. La torre formaría parte de una impresionante muralla que defendería toda la meseta superior.